El correcto etiquetado de alimentos, una asignatura pendiente

Al filo del pasado mes de octubre, solo 2 de cada 10 empresas españolas de alimentación reconocía tener el etiquetado de todos sus productos adaptado al Reglamento 1169/2011 de la Unión Europea, que entró en vigor el pasado 13 de diciembre. Una directriz que incide sobre la información alimentaria facilitada al consumidor, la cual introduce como novedad un etiquetado obligatorio sobre información nutricional para la mayoría de los alimentos transformados (te invitamos a conocer los detalles desde aquí).

Si bien en torno al 96% contaba con, al menos, la mitad de su oferta de alimentos preparada para el cambio normativo, según reveló Trace One, esta situación no deja de ser un síntoma de que la situación casi nos pilla por sorpresa en nuestro país. Aún cuando el reglamento data de varios años atrás.

El etiquetado de los alimentos es una parte fundamental de nuestro producto. No solo por la información que contiene, sino por su repercusión social: el 90% de los consumidores leen las etiquetas en el momento de la compra. Según un interesante estudio de Consumolab, el 65% afirma leerlas siempre, mientras otro 25% lo hace dependiendo del producto (primera vez que se compra, producto novedoso, según tipología de alimento –lácteo, infantil, cárnico, producto preparado,…). La información nutricional es uno de los elementos más consultados.

Aún sin datos concretos sobre cómo está evolucionando el sector desde el pasado verano, el estudio de Consumolab da una pista: el 39% de los encuestados durante el mes de febrero afirmó haber notado en los últimos meses el cambio de etiquetado, sobretodo, en el tipo de información y en la claridad con la que es presentada. Los lácteos serían quienes ofrecen una información más clara en su etiqueta, en contraposición con los refrescos, los productos dietéticos.

En INNOAGRAL desarrollamos buena parte de nuestra actividad en Andalucía, donde hemos detectado un importante aumento de trabajos de adaptación al Reglamento 1169/2011. Sin embargo, aún parece que hay mucha labor por hacer. Según el servicio de consumo de la Junta de Andalucía, el 20% del etiquetado de alimentos y bebidas examinados en 2014 contiene irregularidades (más información). Esto sin tener en cuenta la directriz europea.

El mayor porcentaje de incidencias se ha apreciado en helados y postres, con un 57,1%; frutas, verduras, setas y hortalizas (casi 55%); frutos de cáscara (45,6%); huevos (casi 43%) y leche (41,5%). En este sentido, 2 de cada 10 irregularidades se refería a la información nutricional por estar incompleta o por no expresar el porcentaje de cantidad diaria recomendada.

Otro dato preocupante se refiere al de alimentos modificados genéticamente, donde las deficiencias en el etiquetado es generalizada según la Secretaría General de Consumo de Andalucía. Así lo han constatado los inspectores, que han encontrado irregularidades en casi el 27% de estos productos analizados en 2014. Las mayores irregularidades se han encontrado en legumbres, con el 68,4% del total, además de en helados y postres (55,5%) y conservas vegetales (40%).

Como siempre, desde INNOAGRAL te ofrecemos nuestro asesoramiento para ayudarte a cumplir el reglamento europeo. Contacta con nosotros sin compromiso, y te orientaremos sobre el procedimiento a seguir así como sobre las principales novedades que incorpora la nueva normativa.

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